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ENTREVISTA ANTONIO PÉREZ CRESPO / 17 - 12 - 04

ENTREVISTA ANTONIO PÉREZ CRESPO  /  17  - 12 - 04

(Foto: Alma Mª Morote)

Antonio Pérez Crespo, 75 años, abogado.
En el plano político ha sido diputado por Murcia en la legislatura constituyente y senador electo en la 1ª legislatura con más de cuarenta iniciativas. Miembro del consejo político nacional y presidente del Consejo regional de Murcia.
Vocal del Sindicato de la Marina Mercante, presidente de la Junta del Puerto de Cartagena durante diez años y co-fundador del Depósito Franco del Puerto de Cartagena
En el plano docente ha sido consejero provincial de educación.

- ¿Cómo fueron sus inicios en política? ¿Hay algunas anécdotas reseñables?

En primer lugar, alguien nos indujo a entrar en política en la época de Franco y yo fui uno de ellos. Estuve en Portugal estableciendo contacto con los demócratas cristianos.
Una vez muerto Franco y empezando la Transición aquí se hizo la primera prueba de participación del PC. Aquí estaba Agustín Sánchez Trigueros, secretario general del PC en Murcia, y el gobernador civil, Federico Gallo, me pidió que lo tratara de llevar a una reunión de partidos políticos en el gobierno civil.
Lo llamé para que viniera y él por supuesto se negó, le dije que hablara con su gente de Madrid que yo ya había hablado con los míos y que no era invención de Federico Gallo ni mía.
Para mi sorpresa me dijeron del gobierno que lo que él me dijera, hiciese. Me puso una condición y era la de entrar al gobierno civil de mi brazo, sentarse a mi lado y que le jurara por mi madre que iba a salir del gobierno civil cogido de mi brazo.
Otro hecho reseñable fue en las elecciones a la diputación provincial, por primera vez se autorizó a que personas que no fueran diputados provinciales se pudieran presentar. En las elecciones de la época franquista se elegían los diputados provinciales y aquí se permitió que hubiera hasta 26 diputados. Me pidieron que hiciera el experimento de presentarme a candidato de presidencia de la diputación, y fui a ver a los 26 grandes electores ya que necesitaba tres de sus firmas para mi candidatura, me firmaron y fui candidato. No quería que se me votase y no saqué ningún voto, fue para demostrar que la ley era inoperante ya que no se podía hacer la Transición política con este tipo de legislación. Por tanto me presenté y no saqué ni un voto, cada uno podía elegirte en una primera votación porque éramos tres y tenían que quedar dos. En una primera votación hubo 14 votos para Ginés Huertas, 13 para Portillo Guillamón y yo cero votos, y a pesar de eso yo aparecía en la Hoja del Lunes como uno de lo futuribles y no se equivocaban. En la segunda votación cambiaron un voto, 13 para Ginés Huertas y Portillo 14 votos, nunca se aclaró quien cambió el voto.

- ¿Cómo recuerda los inicios y constitución de UCD?

Nuestro partido UDM, era el más numeroso de Murcia. De los cuatro diputados de Murcia, tres fueron de UDM, por tanto el peso específico lo teníamos nosotros.
Cuando se llega a la constitución de UCD, habían muchos grupos, hubo varias reuniones, nosotros como grupo demócrata cristiano nos integramos en el grupo que presidía Fernando Álvarez de Miranda y fui uno de los firmantes del acuerdo de constitución de UCD como presidente de UDM.

- ¿Cómo vio aquellos antecedentes y principios de la Transición democrática, y cuál fue la actuación de su partido?

Hubo una serie de acuerdos previos y tácitos para poder hacer la Transición, todos se cumplieron.
Lo que no se debe hacer es lo que se hace ahora, sacar los antecedentes de la guerra civil. Si la guerra civil fue hace cuarenta años y estamos situados en una nueva generación, lo que se debe hacer es sacar aquellos elementos que los une, no que los separan. Lo que se debía hacer era avanzar y no hablar de los makis , las fuerzas del cuerpo fueron más habilidosas y más numerosas para reprenderlos.
Por aquel entonces, Santiago Carrillo vio que había que esperar a la muerte de Franco para poner de acuerdo a una serie de sectores, la derecha española, el ejercito, muy duro y la Iglesia que tampoco se quería comprometer demasiado, hubo muchas muertes en la guerra civil y había que pasar página lo más discretamente posible.
Tras la muerte de Franco, la Transición se inicia con Arias Salgado, que fue quien comenzó todo el proceso de asociaciones políticas, no partidos políticos.
Yo intervine representando a la UDE en Murcia planteando la pregunta de si esto es un partido político o una asociación, dónde está la diferencia, porque teníamos autonomía y libertad de actuación en el régimen democrático.
Otro acuerdo básico fue que si participábamos todos en las elecciones, teníamos la obligación de aceptar si se redactaba la Constitución sin importar el resultado.
Tras el referéndum, en Murcia ganó UCD, por eso yo pude ser presidente aquel año del Consejo regional de Murcia. En las elecciones siguientes nos obligaron por acuerdo de UCD a los presidentes regionales a no participar en el Congreso sino en el Senado entendiéndola como la cámara de las regiones.
Posteriormente ganó el PSOE y me sucedió Hernández Ros que estuvo poco más de un año, pero yo ya era senador por Murcia y me toco defender el Estatuto de Autonomía.
Dentro de la constitución de UCD habían dos teorías, la disolución previa de los partidos, con lo cual se llegaba a un solo partido que fue la decisión que se tomó. La segunda, que fuese una confederación de partidos pero que cada uno conservase su propia identidad, como fuimos los regionalistas entre otros, pero pese a que costó llegamos a la conclusión de la disolución de partidos.

- Las listas de diputados y senadores por Murcia antes de las primeras elecciones ¿cómo se constituyeron?

Como dato concreto para las elecciones, me llamó Alfonso Osorio para incluir en las listas del Senado al afamado escritor, por aquel entonces, Ricardo de la Cierva.
En mi despacho se compuso la lista con Ricardo de la Cierva, Pepe Pérez, Martínez Garre y por último estaba Salvador Ripoll por el grupo popular. Al Congreso fue Joaquín Esteban, secretario general del gobierno civil, yo como número dos, Mario Arnaldos por Cartagena y Jesús Martínez Pujalte.

- ¿A su partido en algún momento le interesó adquirir para Murcia las mismas competencias que Valencia y Canarias, o que las comunidades históricas?

No nos planteamos ese problema, queríamos una constitución de un órgano regional con competencia legislativa y administrativa.
Ahora se plantea la modificación del Estatuto y no se ha podido, pero pienso que si estás dentro de España, lo esencial es eso.
Por aquel entonces no había nada hecho, aún sin aprobar la Constitución, los decretos de preautonomía los constituimos sobre la base de que era provisional a resulta de lo que aprobase la Constitución, y así fueron todos los estatutos.
En cambio en Cataluña, Tarradellas tenía un símbolo distinto de lo que era la autonomía y todo el proceso de generalidad.

- ¿Qué destacaría como lo más importante y anecdótico del proceso de autonomía de Murcia?

Durante el proceso de formación, Albacete decidió no venirse a Murcia, la situación de determinadas zonas era precaria absolutamente pero no tuve capacidad de negociación con ellos porque ellos tenían la audiencia territorial, la que siempre el colegio de abogados de Murcia había deseado. La primera negociación fue que Albacete fuese, en el caso de adherirse, lo que fue después el Tribunal Superior de Justicia, y el colegio de abogados de Murcia estuvo en contra de forma absoluta. Los diputados de UCD de Albacete habían estudiado todos en Murcia, aquí se formaron dos grupos, manchegos y murcianos, que se veían con recelo. Al final decidieron no unirse, volvieron a Castilla la Mancha y creo que fue un error tanto para ellos como para todos.
Antes se constituyó la región del sureste con Alicante, Murcia, Albacete y Almería, aquello fue una gran idea, pero tanto la presión de Valencia por Alicante, como la de Ciudad Real y Toledo por Albacete y sus acuíferos fue más fuerte.
Por último, Almería no votó a favor de su integración en Andalucía, votó para ser independiente y al final no fue así. Gran parte de esa negociación la llevamos diputados de Almería y yo, sobre todo con Paco Soler.
Las decisiones de las preautonomías eran por unanimidad de los parlamentarios y cuando el ministro de las regiones llama a los parlamentarios murcianos había cuatro diputados socialistas, al frente Ciriaco de Vicente, tres senadores de UCD y uno socialista, yo iba preconizado por mi partido. Nos preguntaron si íbamos por Valencia, yo dije que valencianos no éramos, manchegos nada y andaluces tampoco.
Parecía un poco extraño que nos mandara un señorito de Sevilla, a lo que Manuel Clavero me dio la razón. Todo esto se resolvió desde el gobierno central al repartirse ya los grandes partidos y quedando ya Murcia como uniprovincial.

- ¿En que consistió su papel en la comisión de Constitución en la que participó, y cómo vio aquel proceso desde dentro?

La comisión de los padres de la Constitución tuvo que contar con nosotros, ya que cada uno tenía su voto y se les daban instrucciones para que negociaran o no en los distintos aspectos.
Yo presenté una enmienda casi testimonial que consistió en abrir la posibilidad de que determinadas provincias y las zonas históricas que estaban lindando geográficamente pudieran mediante plebiscito pasarse de unas a otras. Los argumentos fueron claros y el tiempo lo ha demostrado que si eso se llevaba a cabo iban a durar poco las divisiones provinciales. Como ejemplo hay zonas de gran influencia cultural murciana fuera de nuestra provincia como son el caso de Hellín, Vélez Rubio, entre otras.

- También en la época de la Transición y en la etapa previa había problemas con el reparto del agua ¿Cuáles fueron los logros políticos en aquel entonces y cómo los valora hoy día?

La ciudad más importante para Murcia era Barcelona, al tener un elevado número de murcianos, ya que aquí hubo mucha inmigración por la sequía a principios del s. XX fue de Lorca y Murcia a Barcelona, Argelia o Túnez.
En la etapa de Franco empezó un trasvase, tras su muerte aquello no siguió. El objetivo era acabarlo y se llevó a cabo, empezó a llegar el agua y a abastecerse el sureste. El proceso en Murcia de estos 25 años no se llega a valorar pero es muy grande y ahí está.

- ¿Cómo fue su retirada de la política?

Era una situación complicada, los comunistas por un lado, la derecha por otro.
En los 80 recuerdo que se tenían que aprobar unos presupuestos, no se hizo comprando votos, se llevó a cabo. No pude estar y poco después de aquello salí de la política, tuve ofertas del grupo popular que se estaba constituyendo y del partido socialista para irme con ellos. Mis propios compañeros se dividieron y yo siempre he mantenido y mantengo un equilibrio lo más objetivo posible. A pesar de mi abandono aún sigo escribiendo en el diario La Opinión de Murcia.

ENTREVISTA JOSE LUIS MEILÁN GIL / 25 - 11 - 04

ENTREVISTA JOSE LUIS MEILÁN GIL   /  25 - 11 - 04

(Foto: Archivo) 

Jose Luis Meilán Gil, nacido en A Coruña, consejero electivo del Estado, ha ocupado cargos en política como diputado en la legislatura constituyente con UCD, en la que participó en la elaboración de la Constitución y Estatuto de Autonomía para Galicia, y en la 1ª Legislatura con el Grupo Parlamentario Centrista.
En el plano docente, ha sido catedrático emérito de derecho administrativo de la Universidad de A Coruña, y vicepresidente de la Conferencia de rectores de universidades españolas entre otros cargos.

- Frente a las dilatadas reuniones que tuvieron entre partidos, la coalición de UCD fue dificultosa pero ¿la pretensión de Suárez era la búsqueda del voto fácil?

No. La pretensión de Suárez era agrupar a una serie de formaciones que nos movíamos en el espacio de centro. Había formaciones políticas nacidas en Madrid y otras periféricas como el caso nuestro, Partido Galego Independiente, de ámbito gallego y que entró en esa coalición en la que yo como secretario general firmé el acta correspondiente.
Era buena la idea de hacer una confederación de partidos jóvenes que operasen en un espacio de centro.

- ¿En las primeras elecciones hubiera sido mejor optar por una votación de sistema mayoritario como en el Reino Unido?

Sinceramente no, personalmente intervine en el procedimiento de ley para la reforma política y defendí en el Congreso el sistema proporcional. Si hubiera salido adelante el sistema mayoritario AP no hubiera tenido ni un representante en las Cortes.
Por otra parte estaba más en la idea de lo que había presidido la Transición, no imponer mayorías absolutas sino que el espíritu de consenso estuviera siempre presente en ámbito político general.

- Usted intervino en una Comisión de asuntos exteriores y estaba puntualmente informado de lo que sucedía fuera de España ¿cómo se vio desde fuera todo el proceso de la Transición?

Con una desconfianza pero a su vez con una enorme esperanza.
Todo el mundo sintió fuera de España un gran alivio y una gran admiración por resolver un problema como el de la Transición de una manera pacífica utilizando el derecho.
En eso ha tenido que ver la actitud de las distintas formaciones políticas de todo arco y pos supuesto la presencia de S.M. el Rey.

- Cuando se impuso el término nacionalidades por Miguel Roca ustedes tenían en su programa la reivindicación de nacionalidades ¿de dónde acogió usted este término?

En mi partido si se defendía este término. Entre otros lugares había estado, en el Reino Unido y había estudiado la Reforma del régimen local inglés y también conocía la reforma "On the constitution", que se hizo en una Royal Comission.
Ahí justamente aparece el término nacionalidades que no fue un invento exclusivo de España y quien más lo utilizó entre otros fue Miguel Roca o Herrero de Miñón.

- Se llegó a pensar en volver a los estatutos de autonomía en Cataluña, País Vasco y Galicia dejando para una ley orgánica la descentralización administrativa, a esto se opuso Manuel Clavero ¿cuál es su opinión personal hoy día acerca de esto y cómo se vivió aquello en su partido?

Yo defendí lo que me parecía una realidad histórica.
El proceso de organización de España en organización territorial no era cosa que hubiéramos inventado los constituyentes del 78.
Había un argumento muy eficaz, en cuanto a la divergencia de posición es esa la referencia a la Constitución del 31. Se había abierto un paréntesis con la guerra civil y había que cerrarlo, y lo que mejor era es retomarlo donde se había parado, es decir, las tres regiones autónomas según la Constitución del 31 que habían plebiscitado en algún caso como el de Cataluña, allí incluso había funcionado una manera operativa, menos el caso del País Vasco y Galicia que se aprobó en unas Cortes errantes pues eran las tres regiones que se habían aprobado, se trataba de cerrar un paréntesis e iniciar.
Yo nunca fui partidario de una generalización homogeneizadora porque se ha confundido y se siguen confundiendo dos aspectos. Una cosa es el reconocimiento de lo que ahora se llama hecho diferencial que es el resultado de una autoconciencia colectiva profunda con una historia que sea más o menos exacta pero que se vive con convicción.
Otra cosa es la racionalización del poder o el acerca el poder al ciudadano, eso es una descentralización pero no es exactamente el reconocimiento como el caso anterior de las nacionalidades en el Reino Unido, es el tema de reconocimiento de una realidad histórica vivida con un profundo sentimiento, esto donde existe se ha de reconocer y donde no lo hay no se debe inventar.
La generalización no responde realmente al momento constituyente, aunque es verdad que el primer proyecto de Clavero cuyo punto de referencia es la región italiana y no llegaba más allá, desde su posición andalucista si es un proyecto de generalización.
Como mi perspectiva era gallega me resultaba más fácil entender el tema vasco y catalán pues con lo dicho anteriormente se trataba de empezar donde se había terminado bajo la Constitución del 31 y con el tiempo ya veríamos el desarrollo.
En el artículo II explica que la autonomía es algo potestativo, no generaliza, luego vendría el informe de los expertos y el acuerdo en el gobierno de Calvo Sotelo.
Se generalizó probablemente con el objeto de buena intención que es lo que al final ha sido, con la finalidad de englobar los problemas diferenciales, fundamentalmente más conflictivos como los de Cataluña y País Vasco dentro de una generalidad y el resultado es el que estamos viendo ahora.
Por tanto no he sido partidario de una no generalización de poder ni de esa prisa en el proceso de las autonomías, esa prisa por generalizar y cerrar esta cuestión, pienso que se trata de convivir dentro de esta patria común.

- ¿Para Valencia y Canarias fue más sencillo conseguir las mismas competencias que las comunidades históricas a través de una ley orgánica?

Esto responde a dos ideas distintas, efectivamente se utilizó y a mi modo de ver como jurista de un modo espurio el artículo 150.2. Intervine en ese artículo y si se lee en el sentido literal se habla de transferir funciones y no competencias sino parte de competencias. El problema es que tenían que enfrentarse a un referéndum y ya vemos la experiencia del andaluz, entonces el tema de ese referéndum era complicado pensaron en igualar las competencias por una vía colateral, esa ley orgánica. Hay una diferencia, esto se puede enlazar con lo anteriormente explicado, una cosa es descentralizar competencias y otra es el reconocimiento de un hecho histórico que responde a esa autoconciencia colectiva. Son dos temas distintos y no se pueden tratar de igualar.
Es lo que en gran parte sucedió en la última etapa del gobierno de Aznar, y en parte lo que está ocurriendo ahora con las iniciativas de País Vasco y Cataluña, para modificar los estatutos hace falta un referéndum, en cambio por ley orgánica se puede teóricamente llevar a cabo directamente sin modificaciones.

- ¿Qué papel jugó usted en la elaboración de la Constitución? ¿se alargó mucho ese proceso?

No duró mucho. En la Constitución, en el título octavo intervine decisivamente, es más, en una ocasión fui ponente en la misma sala del consejo de ministros teniendo al lado al profesor Clavero.
En el primer borrador se hablaba de una generalización y eso luego se suprimió, finalmente salió en la Constitución lo que yo he defendido.
Posteriormente hubo una mutación constitucional y se ha generalizado el tema, por tanto se ha interpretado de una manera discutible el artículo II, en fin, que unos temas tan complejos se resolvieron en un tiempo muy breve.

- ¿Cuáles piensa usted que fueron las causas del declive del gobierno de UCD de Suárez?

La falta de confianza de las propias fuerzas, la división interna, eso fue lo que termino de rematar el invento.
Por un lado la coalición se transformó en un partido y luego sin embargo subsistieron muchas baronías. El principal problema fue que Suárez no se fió tanto en el pueblo que realmente le sustentaba sino que fue presa de esas discusiones de camarillas de Madrid que acabó provocando su dimisión.

ENTREVISTA LORENZO OLARTE CULLEN / 23 - 11 - 04

ENTREVISTA LORENZO OLARTE CULLEN  /  23 - 11 - 04

(Foto: Archivo) 

Lorenzo Olarte Cullen, nacido en Las Palmas, 72 años, abogado. Sus cargos políticos han sido el de presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria y de la mancomunidad provincial de cabildos, posteriormente presidente del gobierno de la comunidad autónoma de Canarias.
Fue secretario de la administración de justicia, diputado en la 1ª Legislatura con el grupo Parlamentario Centrista y en la 5ª Legislatura con Coalición Canaria de la cual fue fundador. Fundó en 1977 Acción Canaria y también fue consejero de Suárez y asesor de Ibáñez Freire, Martín Villa y Rosón en 1979.Dentro del mundo empresarial ha sido presidente de AVIACO y presidente de la caja insular de ahorros de Canarias. En el plano docente fue profesor de derecho penal en la Universidad Complutense y a destacar su firma en el decreto de creación de la Universidad de Las Palmas.

- Aquella coalición de partidos para formar UCD, por su parte ¿fue más ambición política, o solidaridad? ¿se vendió UC?

Había un grupo minoritario de UC que deseaba seguir independiente en la vida política activa. Yo consideré que por razones de solidaridad con el resto de España, la tarea de la Transición se tenía que realizar entre todos y consideré proponiéndole al partido que lo más oportuno era elaborar juntos una Constitución y un Estatuto de Autonomía. Me siento uno de los padres de ese Estatuto de Autonomía que fue fundamental para conseguir nuestro autogobierno y esto sólo se podía conseguir estando dentro de UCD.

- Después de sus lúcidas intervenciones como ponente de la Ley de la Reforma Política, Suárez le ofreció el cargo de embajador de Venezuela que tanto deseaba, ¿cuáles fueron los motivos de su rechazo?

Suárez, satisfecho por el resultado de mis intervenciones, me preguntó qué quería hacer yo, me preguntó si quería ser ministro y yo le dije que embajador de España en Venezuela, porque Venezuela está plagada de canarios. Bolívar estuvo casado con una canaria, allí ha habido algún presidente, Caldera, íntimo amigo, que es canario y Rómulo Betancour, padre de la democracia venezolana también lo es. Yo tenía esta ilusión pero cuando el consejo de ministros me nombró, me llamó el secretario del consejo, Otero Novas, para notificármelo, y reuní a la gente de UC. Me pidieron que no marchara porque me necesitaban en el inicio de la Transición. Consideré humildemente que podía prestar un servicio a España y Canarias, tanto es así que cuando Suárez, en presencia de todos los canarios después del éxito de las elecciones del 24 de Junio, me preguntó que si los canarios queríamos algún ministerio, yo le conteste que no. Lo que deseábamos era muchos directores generales en muchos ministerios porque Canarias era la gran desconocida. El desconocimiento era tal que hasta cuando estudiaba en Madrid me preguntaban algunos compañeros si en Canarias había leones y negros con taparabos, había gran desconocimiento pero sobre todo en el plano político. Aquel día, Suárez me manifestó a través de S.M. el Rey su gratitud por mi renuncia a mi ilusión de irme a Venezuela de embajador.

- Suárez lo calificó a usted como un nacionalista sin especificar su grado de peligrosidad, ¿es esto cierto?

(Risas) ¿Suárez a mí? Desde mis orígenes hasta la fecha he sido un nacionalista profundo, pero nacionalista moderno, no decimonónico ni trasnochado. Creo en el concepto de estado, en que España se debía haber constituido como estado federal y no ha sido posible por muchas razones. Nos aproximamos al federalismo pero en cualquier caso soy un nacionalista convencido.
Entonces Suárez que era gran amigo mío, siempre me decía: “tu eres un nacionalista profundo, auténtico”, pero lo de la peligrosidad es la primera vez que lo oigo.

- ¿Se vio afectado en su capacidad ejecutiva al ser asesor de Suárez?

No. Suárez creó la figura de los consejeros en la que conmigo estaban Calvo Sotelo, Mayor Zaragoza, Lasuén, Osorio…, entre otros.
A mí se me encomendó la tarea de filtrar todas las decisiones ministeriales atenientes a Canarias, que entonces estaba mal económicamente y un movimiento de Cubillo preocupaba al poder central. En todos los temas referidos a Canarias daba siempre mi parecer antes de que se adoptasen los acuerdos correspondientes.

- ¿Hubo críticas por parte del PCE, PSOE e incluso UCD a los nacionalismos?

Si UCD llega a desprestigiarlo, yo duro un cuarto de hora en UCD. No era propenso al nacionalismo pero tampoco era antinacionalista.
El PSOE nunca ha sido proclive a los nacionalismos por ser eminentemente centralista.
El PCE ha sido el partido más capaz de entenderse con los nacionalistas, no ha sido incomodo para los nacionalismos, pero el PP si ha sido el partido más antinacionalista desde lustros atrás.

- ¿Cómo se logró la autonomía para Canarias?

Yo entonces era un nacionalista que colaboraba en la Constitución, y conseguí un Estatuto de Autonomía para Canarias por una vía diferente a la de Cataluña, Galicia, País Vasco y Andalucía. Se hizo con una Ley Orgánica de Transferencias que acompañaba al Estatuto, dándonos las mismas competencias que los históricos.
Para Valencia también lo consiguió Abril Martorell, gracias a esta Ley Orgánica, Valencia y Canarias han tenido las mismas competencias que las nacionalidades históricas.

- ¿El “Pacto de Medinaceli”, hoy día piensa que sirvió de instrumento para desatascar el Estatuto de Autonomía?

Fue un pacto lamentable, en el que desde luego nuestro Sr. de Medinaceli no tuvo nada que ver con él por los resultados.
Allí salió elegido un presidente que pasó sin pena ni gloria, sin tener el menor respaldo del poder central.
Se produjo una ruptura en la UCD canaria, con una de cuyas facciones se alineó Jerónimo Saavedra, con la finalidad de deteriorar a UCD, y el deterioró, y acabó sufriéndolo Canarias. Estuvo unos años con una preautonomía ineficaz, hasta que cuando ya se celebraron las elecciones, se fue recuperando de esa situación ocurrida en la preautonomía.

- ¿Qué habría cambiado si hubiera votado en contra de los estatutos de autonomía?

Hoy estaría arrepentido de haber votado en contra, porque habría sido una expresión testimonial de desacuerdo puntual con algunos temas contenidos en el estatuto. Podía haber sido mal interpretado y hubiera hecho mucho daño a mi trayectoria.
Estuve en desacuerdo con que el estatuto de Canarias se fijase como sede de delegado de gobierno una capital, Las Palmas de Gran Canaria. Me daba igual que fuese Las Palmas, Tenerife, Hierro, Gomera o San Borondón1.
Yo creo que el delegado del gobierno no tiene nada que ver con la autonomía, por ser un representante de la administración central. Se impuso esa figura, porque el diputado Bravo de Laguna quería ser delegado, y acaso porque sus orígenes son los de abogado del estado, que son personajes centralistas, pues no se daba cuenta que el delegado del gobierno era una figura efímera.

- ¿Piensa que el no entrar UCD en la distribución de autonomías fue la causa de su declive?

No. Yo pienso que fue la fórmula utilizada en el referéndum andaluz, que no se quería en un principio que Andalucía accediera por la misma vía que Cataluña, País Vasco…
Esto deterioró al gobierno de tal manera que se tuvo que marchar Clavero.
También una coalición de partidos como era la de UCD, no puede convertirse en un partido cuando lo deciden los dirigentes sino cuando lo piden las bases, simpatizantes o electores. Pero allí, cegados por el éxito electoral, constituimos ante notario la UCD, los barones no, la base en sí, pero las baronías empezaron a causar daños, Fernández Ordóñez, Garrigues entre otros.
En el caso de corrupción, caso FILESA, cuando el PSOE ganó apretadamente, pero ganó. Pero lo que de verdad no perdona el pueblo, son las disensiones internas, y en UCD las había. Todos se empeñaron en quitarle a Suárez el sillón, y UCD dura bastante poco. Cuando el pueblo se da cuenta de esto, castiga, y Suárez creo que no se debía haber marchado.
En política hay que descalificar al contrario, esa es la costumbre y Suárez no sirvió para eso, y por ser el súmum de la caballerosidad política, cuando le daban una bofetada, ponía la otra mejilla, y esto está muy bien, lo hizo Cristo, pero no se puede hacer en la práctica diaria de los hombres.

ENTREVISTA ALFONSO OSORIO / 15 - 11 -04

ENTREVISTA  ALFONSO OSORIO  /  15 - 11 -04

(Foto: Archivo)

Alfonso Osorio García, nacido en Santander, 81 años, abogado del estado. Ha ocupado varios cargos en política, como ministro de la presidencia en el gobierno de Arias Navarro, vicepresidente segundo del gobierno y ministro de la presidencia en el gobierno de Adolfo Suárez, fue su asesor hasta 1978. Senador en la legislatura constituyente y diputado por Madrid en dos legislaturas y por Cantabria en una tercera. Numerosas condecoraciones como la Gran Cruz del mérito civil o la Gran Cruz de Isabel La Católica.

-Cuando el rey nombró a Adolfo Suárez presidente del gobierno usted le facilitó a Suárez una lista que usó para la formación del gobierno ¿es cierto que quiso contar con Fraga y Areilza?

No. En esa lista fueron ministros: Marcelino Oreja, Landelino Lavilla, Eduardo Carriles, Enrique de la Mata y Andrés Reguera entre otros. Pero con Fraga y Areilza no quise contar, de hecho dimitieron los dos cuando Suárez fue presidente del gobierno. Estaban los dos en el primer gobierno de la monarquía presidido por Carlos Arias, pero como los dos dimitieron yo decidí contar con mis amigos, la mayoría de ellos vinculados a la asociación de propagandistas, al CEU y al colegio mayor de San Pablo.

-Concesión de amnistía en el Primer Consejo de Ministros de La Coruña y después oficial en el presidido por el rey ¿Fue esta amnistía el primer paso a una mayor libertad de partidos y formación de lazos de unión entre ustedes?

Si. El Consejo de Ministros presidido por el Rey oficializó una amnistía que aprobamos anteriormente, pero teníamos un gran interés en que el Rey presidiese ese consejo. Fue el primer acto político tras la declaración de gobierno que hizo Suárez y teníamos el propósito de que se iniciase lo que luego se denominó la reconciliación nacional.

-¿Vio de relevancia social la renuncia del monarca a la designación de obispos? ¿mejoró aún más la relación entre Iglesia y Estado?

Desde un punto de vista de la sociedad española pasó bastante desapercibido, pero indudablemente fue importante que el Rey renunciase a su derecho de presentación de obispos que habían tenido siempre los reyes españoles e incluso el general Franco. Concederle a la Iglesia la libertad absoluta para esa legislación, desde el punto de vista España y el Vaticano tuvo una gran importancia, pero desde la opinión pública del pueblo español la tuvo menos.

-En Agosto del 76 aparece el PCE en Roma. Usted adoptó una posición prudente, y José Mario Armero lo sitúa como enlace del gobierno para establecer un diálogo con Carrillo, ¿qué fue lo más preocupante del PCE?

Yo fui amigo de Pepe Mario Armero y quien lo buscó para que se entrevistase con Carrillo en la costa azul con el consentimiento de Suárez y del Rey.
Desde el primer momento queríamos tener el propósito de establecer esa relación de consulta. Santiago Carrillo nombró otro representante para conectar con el gobierno, que generalmente contactaba conmigo.
Mi posición de prudencia se debía a otros motivos, era porque como Suárez en una reunión que había tenido con los capitanes generales, les había dicho que por ahora no pensaba legalizar el PCE, cuando se produjo esta legalización yo sostenía la teoría de que debíamos tener cuidado con la reacción militar que se podía producir, ya que podíamos por tanto poner en peligro la Reforma Política que elaborábamos. No nos preocupaba la posición del PCE porque Santiago Carrillo en conversaciones con Suárez aceptó la bandera bicolor, tradicional de España. Aceptó la monarquía y eliminó los obstáculos modificando los estatutos de su partido para que no fuesen totalitarios, aceptando así todas las propuestas de Suárez.

-¿Qué papel jugaron en el proceso de gobierno junto al Tribunal Supremo para la legalización del PCE?

Lo que sucede es que la ley que nosotros habíamos elaborado de partidos políticos consignábamos que si en algún momento teníamos alguna duda se debía devolver al Tribunal Supremo. Pero por eso era necesario que existiese un dictamen de juristas que yo solicité insistentemente, y Suárez solicitó un informe a la junta general de fiscales que manifestaron que con los estatutos que el PCE había presentado era posible la legalización, entonces Suárez procedió a su legalización.

-“Fueron momentos de gran tensión”, decía usted cuando el ministro de marina, Pita da Veiga, dimitió de su cargo ¿Suárez no fue del todo claro con el consejo superior del ejército?

En aquel momento, lo que sucedió fue que el General Gutiérrez Mellado negó lo que yo le voy a afirmar, pero lo que digo yo es la verdad. No explicó a los ministros militares lo que iba a suceder, ni al ministro de marina, ni al del aire y entonces el de marina presentó su dimisión. Al presentarla, algunos ministros civiles también lo intentaron, ministros civiles que después de una larga conversación con el que los representaba retiraron su dimisión. Aquello hubiera sido aquello muy grave porque se habría abierto una gran crisis. El consejo superior del ejército manifestó su disgusto porque habiéndole hablado Suárez antes de la Reforma Política, cómo se iba a hacer, no hubiesen tenido conocimiento de la legalización del PC. Pero finalmente las cosas se resolvieron como yo he escrito en alguna ocasión: “porque Dios es bueno y el Rey actuó con inteligencia”

-¿El papel de Gutiérrez Mellado fue el causante de esta escisión?

El que no habló con los ministros militares aunque el dijera que sí habló, porque naturalmente aquí hay una palabra contra palabra. Pero son palabras de tres ministros militares de una gran caballerosidad, frente a otro militar que era el vicepresidente el gobierno. Yo naturalmente y con harto sentimiento de mi corazón, entre la opinión de uno y la de tres que coinciden, creo a los tres.

-¿Cómo vivió el inicio de las bases de UCD? ¿en qué consistieron?

El partido llamado de la democracia cristiana, que presidía Fernando Álvarez de Miranda, se fusionó con una gran asociación política con muchos militantes, miles de militantes, en la que estábamos Federico Silva y yo. Pero Federico se fue a AP con Manolo Fraga y otros, y la mayoría de UDE, que era demócrata cristiana, me siguió a mí y se fusionó con el partido demócrata cristiano que fue uno de los cimientos de las bases de UCD.

-No estuvo nunca oficialmente afiliado oficialmente en la política de UCD ¿es contradictorio llevar a cabo una coalición que da como resultado algo en lo que profundamente no cree?

No. Yo estuve afiliado a UDE, que era una asociación que venía desde los últimos tiempos del Régimen de Franco. De UDE, su mayoría se fusionó con el PDC que presidía Álvarez de Miranda, y tomaron el nombre de PDC, y ese partido se integró en la UCD. Es cierto, no estuve nunca afiliado a la coalición de UCD, estuve afiliado al PDC.

-¿Pero creía en esa coalición?

Yo creía en la coalición, pero no en el partido único, yo no entendía ese partido único con demócratas cristianos y al mismo tiempo, por ejemplo, los social demócratas de Francisco Fernández Ordóñez, él fue quien provoco disensiones en el partido. Posteriormente sería él quien hizo aprobar la ley del divorcio y terminó en el partido socialista de ministro de asuntos exteriores.

-Usted fue la mayor ausencia en el segundo gobierno de Suárez ¿eran tantas las diferencias? ¿cómo pudo despegar una coalición tan heterogénea?

El problema es muy sencillo y la pregunta acertadísima. Los que debíamos haber formado la coalición éramos el PDC, procedentes de la Unión del Pueblo Español, que en su tiempo presidió Suárez, y algunas otras pequeñas formaciones como la de Meilán. Pero lo que fue un verdadero desastre fue la incorporación a UCD de los social-demócratas de Fernández Ordóñez, un socialista en potencia, y es normal que socialistas y demócratas cristianos no puedan estar en un mismo partido, así Fernández Ordóñez se fue del partido rompiéndola en cuarenta pedazos. Cuando formó el segundo gobierno Suárez, a mí me dijo que iba a gobernar en el centro izquierda, en fin, social-demócrata. Yo le contesté que no había sido social-demócrata en mi vida, que no lo era y que no iba a serlo jamás, que era un demócrata cristiano. Si se gobernaba por tanto con criterios izquierdistas de la social-democracia, no quería que contasen conmigo y me aparté. Y como Adolfo decidió gobernar con los criterios de ellos, ya no contó conmigo y aquello terminó funcionando mal y disolviéndose como un azucarcillo en un vaso de agua. Esto es la verdadera historia y lo que se llama coherencia política y personal.

ENTREVISTA ENRIQUE LARROQUE DE LA CRUZ / 10 - 11 - 04

ENTREVISTA ENRIQUE LARROQUE DE LA CRUZ  /  10 - 11 - 04 Enrique Larroque de la Cruz, nacido en La Habana, 80 años, diplomático.
Fundador del Partido Liberal en España, integrado junto a otras fuerzas políticas posibilitó ser uno de los partidos de coalición de UCD en Junio de 1977.
Ha sido primer Cónsul general en China, embajador en Cuba y ocupó la dirección general en el ministerio de asuntos exteriores.
Ha obtenido numerosas condecoraciones, y ha escrito multitud de obras, entre ellas: “Las estrellas de Orión”, “Los nuevos revolucionarios” o “La revolución científica”

-Durante la etapa de la Reforma hubo sucesos a resaltar como la legalización del PC ¿Cómo afectó esto a su partido? ¿Cómo transcurrió ese periodo?

El PC se legalizó al día siguiente de legalizar el PL. El primer partido en legalizarse fue el PSOE histórico, el segundo día fue el PC.
Afectó en el momento que salía el PL, porque a Suárez le entraba la gente de Carrillo, pero en definitiva, el segundo partido en ser legalizado en España fue el PL.

-Usted que vio aquellos procesos de legalización de partidos tan de cerca ¿Cómo caló aquello en la sociedad española de entonces? Posteriormente, ¿Cómo percibió la fundación del Centro Democrático?

Creo que tuvo mucho impacto mediático y todo medio de comunicación dio cuenta de ello, porque efectivamente se trataba de un cambio radical en la política española.
Lo que pasa es que le cuento un poco de unos meses, luego de otros, pero en el momento en el que se fundó el Centro Democrático, que estaba integrado por una serie de miembros de partidos afines a la ideología liberal, como es el partido encabezado por Garrigues, otro por Ignacio Camuñas y dentro estaba el social demócrata Fernández Ordoñez. Nos reuníamos todos los días, pero en un momento determinado, al cabo de unos meses y terminar la coalición se hizo una encuesta en España de la que se deducía que en las primeras elecciones democráticas nosotros teníamos el 40% de los votos.

-¿Tan elevado era el porcentaje que les daban de votos?

Si, el 40%. Pero cuando ya estaba previsto el gobierno que se iba a constituir al terminar las reuniones, en ese momento intervino Suárez, apoyado desde muy arriba. Suárez se presentó postulándose como jefe de centro de gobernación, como presidente de CDE.
Entonces hubo una división de opiniones entre nosotros porque yo fui el único que se opuso a que Suárez se pusiera al frente del CDE, porque decía que no podía ser que el CDE fuera presidido por el antiguo secretario general del Movimiento.
Lo que sucedió al final es que se impuso la fuerza de Suárez, de él y de todo el aparato del Movimiento Nacional, ya que él disponía de la mayoría de los municipios, cajas de ahorros e impuso su fuerza logística llevando a cabo la constitución de UCD.
Pero el nombre de UCD lo rechazaba Suárez, con esto se demuestra hasta que punto él era ajeno por completo al espíritu de lo que estaba haciendo.
Suárez quería que tuviese el partido un nombre parecido al de la asociación suya, que era la Asociación del Movimiento.

-Suárez hablaba en el momento de la coalición, de partidos, grupos o personas independientes que se situaban en una posición con coincidencia de criterios. ¿Fue sencillo llegar más o menos a esa coincidencia? ¿hubo un mayor pluralismo?

No. Hubo pluralismo pero coincidencia de criterios ninguna, una división completa.
Hubo mucha gente afín al CDE, Suárez contaba con toda la fuerza, municipios, alcaldías y cajas de ahorros que eran las que concedían los créditos. Entonces al final se consideró la UCD porque él tuvo que aceptar una única cosa que se le impuso, cambiar el nombre. Él quería que se llamase asociación pero no sé como le dio expiación al final de que el nombre de CDE era bueno, limitándose a decir que se llamase CDE, y de ahí nació la UCD.

-Si no se hubieran puesto de acuerdo en mayor o menor medida en esa coalición, ¿Habría condicionado la victoria de UCD en las elecciones?

No. La política española tras la muerte de Franco se dividió en dos campos.
El Partido Socialista pudo entrar en la lija de España, fue financiado por Willy Brandt , se desconoce en España por completo que el PSOE es hijo predilecto del SPD alemán.
Hay un momento histórico para la historia de España que es cuando Willy Brandt se entrevista con Felipe González y sus compañeros. Le planteó a González que debía renunciar por completo en un congreso al marxismo como raíz de si doctrina socialista, a cambio de eso, él le llevaría al poder facilitándole todos los millones que le hicieran falta, así se constituyó el PSOE que ganó las elecciones. El PSOE histórico, que existía realmente de la guerra, fue destruido, esa es la historia que se quiere desconocer en España, porque González sabe que lo que digo es cierto.

-En las Cortes iban a estar representados miembros de uno y otro bando de la guerra civil, ¿pensó que podía haber cierto peligro?

No pensé que hubiera ningún tipo de peligro y nadie pensó que se volvería a los tiempos de Franco, se le daba por terminado, de manera que ese término de guerra civil tampoco se volvió a plantear en ningún momento.
La guerra civil ganada por Franco, lo únicos enemigos que tuvo en ella fueron los comunistas a los que tuvo que combatir, ya que a nacionalistas, vascos y catalanes los tuvo completamente ahogados.
Nadie le dio ningún trabajo, fue una dictadura inamovible durante las cuatro décadas.

-Su sucesor en su partido, Ramiro Pérez Maura intervino activamente en las comisiones de la Constitución ¿se puede decir que en cierta manera su partido aportó algo?

Ramiro era el vicepresidente de mi partido, yo solo le puedo decir que me retiré en 1977 definitivamente de la política. Él me sucedió pero pactó con Fraga la entrada de AP, todo eso yo ya lo conocí de lejos porque estaba de embajador y diplomático.
Al estar de profesional en otras cosas no ejercía en política ni para ganarme la vida.