ENTREVISTA JOSE LUIS MEILÁN GIL / 25 - 11 - 04
(Foto: Archivo)
Jose Luis Meilán Gil, nacido en A Coruña, consejero electivo del Estado, ha ocupado cargos en política como diputado en la legislatura constituyente con UCD, en la que participó en la elaboración de la Constitución y Estatuto de Autonomía para Galicia, y en la 1ª Legislatura con el Grupo Parlamentario Centrista.
En el plano docente, ha sido catedrático emérito de derecho administrativo de la Universidad de A Coruña, y vicepresidente de la Conferencia de rectores de universidades españolas entre otros cargos.
- Frente a las dilatadas reuniones que tuvieron entre partidos, la coalición de UCD fue dificultosa pero ¿la pretensión de Suárez era la búsqueda del voto fácil?
No. La pretensión de Suárez era agrupar a una serie de formaciones que nos movíamos en el espacio de centro. Había formaciones políticas nacidas en Madrid y otras periféricas como el caso nuestro, Partido Galego Independiente, de ámbito gallego y que entró en esa coalición en la que yo como secretario general firmé el acta correspondiente.
Era buena la idea de hacer una confederación de partidos jóvenes que operasen en un espacio de centro.
- ¿En las primeras elecciones hubiera sido mejor optar por una votación de sistema mayoritario como en el Reino Unido?
Sinceramente no, personalmente intervine en el procedimiento de ley para la reforma política y defendí en el Congreso el sistema proporcional. Si hubiera salido adelante el sistema mayoritario AP no hubiera tenido ni un representante en las Cortes.
Por otra parte estaba más en la idea de lo que había presidido la Transición, no imponer mayorías absolutas sino que el espíritu de consenso estuviera siempre presente en ámbito político general.
- Usted intervino en una Comisión de asuntos exteriores y estaba puntualmente informado de lo que sucedía fuera de España ¿cómo se vio desde fuera todo el proceso de la Transición?
Con una desconfianza pero a su vez con una enorme esperanza.
Todo el mundo sintió fuera de España un gran alivio y una gran admiración por resolver un problema como el de la Transición de una manera pacífica utilizando el derecho.
En eso ha tenido que ver la actitud de las distintas formaciones políticas de todo arco y pos supuesto la presencia de S.M. el Rey.
- Cuando se impuso el término nacionalidades por Miguel Roca ustedes tenían en su programa la reivindicación de nacionalidades ¿de dónde acogió usted este término?
En mi partido si se defendía este término. Entre otros lugares había estado, en el Reino Unido y había estudiado la Reforma del régimen local inglés y también conocía la reforma "On the constitution", que se hizo en una Royal Comission.
Ahí justamente aparece el término nacionalidades que no fue un invento exclusivo de España y quien más lo utilizó entre otros fue Miguel Roca o Herrero de Miñón.
- Se llegó a pensar en volver a los estatutos de autonomía en Cataluña, País Vasco y Galicia dejando para una ley orgánica la descentralización administrativa, a esto se opuso Manuel Clavero ¿cuál es su opinión personal hoy día acerca de esto y cómo se vivió aquello en su partido?
Yo defendí lo que me parecía una realidad histórica.
El proceso de organización de España en organización territorial no era cosa que hubiéramos inventado los constituyentes del 78.
Había un argumento muy eficaz, en cuanto a la divergencia de posición es esa la referencia a la Constitución del 31. Se había abierto un paréntesis con la guerra civil y había que cerrarlo, y lo que mejor era es retomarlo donde se había parado, es decir, las tres regiones autónomas según la Constitución del 31 que habían plebiscitado en algún caso como el de Cataluña, allí incluso había funcionado una manera operativa, menos el caso del País Vasco y Galicia que se aprobó en unas Cortes errantes pues eran las tres regiones que se habían aprobado, se trataba de cerrar un paréntesis e iniciar.
Yo nunca fui partidario de una generalización homogeneizadora porque se ha confundido y se siguen confundiendo dos aspectos. Una cosa es el reconocimiento de lo que ahora se llama hecho diferencial que es el resultado de una autoconciencia colectiva profunda con una historia que sea más o menos exacta pero que se vive con convicción.
Otra cosa es la racionalización del poder o el acerca el poder al ciudadano, eso es una descentralización pero no es exactamente el reconocimiento como el caso anterior de las nacionalidades en el Reino Unido, es el tema de reconocimiento de una realidad histórica vivida con un profundo sentimiento, esto donde existe se ha de reconocer y donde no lo hay no se debe inventar.
La generalización no responde realmente al momento constituyente, aunque es verdad que el primer proyecto de Clavero cuyo punto de referencia es la región italiana y no llegaba más allá, desde su posición andalucista si es un proyecto de generalización.
Como mi perspectiva era gallega me resultaba más fácil entender el tema vasco y catalán pues con lo dicho anteriormente se trataba de empezar donde se había terminado bajo la Constitución del 31 y con el tiempo ya veríamos el desarrollo.
En el artículo II explica que la autonomía es algo potestativo, no generaliza, luego vendría el informe de los expertos y el acuerdo en el gobierno de Calvo Sotelo.
Se generalizó probablemente con el objeto de buena intención que es lo que al final ha sido, con la finalidad de englobar los problemas diferenciales, fundamentalmente más conflictivos como los de Cataluña y País Vasco dentro de una generalidad y el resultado es el que estamos viendo ahora.
Por tanto no he sido partidario de una no generalización de poder ni de esa prisa en el proceso de las autonomías, esa prisa por generalizar y cerrar esta cuestión, pienso que se trata de convivir dentro de esta patria común.
- ¿Para Valencia y Canarias fue más sencillo conseguir las mismas competencias que las comunidades históricas a través de una ley orgánica?
Esto responde a dos ideas distintas, efectivamente se utilizó y a mi modo de ver como jurista de un modo espurio el artículo 150.2. Intervine en ese artículo y si se lee en el sentido literal se habla de transferir funciones y no competencias sino parte de competencias. El problema es que tenían que enfrentarse a un referéndum y ya vemos la experiencia del andaluz, entonces el tema de ese referéndum era complicado pensaron en igualar las competencias por una vía colateral, esa ley orgánica. Hay una diferencia, esto se puede enlazar con lo anteriormente explicado, una cosa es descentralizar competencias y otra es el reconocimiento de un hecho histórico que responde a esa autoconciencia colectiva. Son dos temas distintos y no se pueden tratar de igualar.
Es lo que en gran parte sucedió en la última etapa del gobierno de Aznar, y en parte lo que está ocurriendo ahora con las iniciativas de País Vasco y Cataluña, para modificar los estatutos hace falta un referéndum, en cambio por ley orgánica se puede teóricamente llevar a cabo directamente sin modificaciones.
- ¿Qué papel jugó usted en la elaboración de la Constitución? ¿se alargó mucho ese proceso?
No duró mucho. En la Constitución, en el título octavo intervine decisivamente, es más, en una ocasión fui ponente en la misma sala del consejo de ministros teniendo al lado al profesor Clavero.
En el primer borrador se hablaba de una generalización y eso luego se suprimió, finalmente salió en la Constitución lo que yo he defendido.
Posteriormente hubo una mutación constitucional y se ha generalizado el tema, por tanto se ha interpretado de una manera discutible el artículo II, en fin, que unos temas tan complejos se resolvieron en un tiempo muy breve.
- ¿Cuáles piensa usted que fueron las causas del declive del gobierno de UCD de Suárez?
La falta de confianza de las propias fuerzas, la división interna, eso fue lo que termino de rematar el invento.
Por un lado la coalición se transformó en un partido y luego sin embargo subsistieron muchas baronías. El principal problema fue que Suárez no se fió tanto en el pueblo que realmente le sustentaba sino que fue presa de esas discusiones de camarillas de Madrid que acabó provocando su dimisión.
0 comentarios