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Entrevistas

Entrevista Millán Salcedo / 21-1-06

Entrevista Millán Salcedo / 21-1-06

(Foto: Belén Rueda)

  • Millán Salcedo, actor ¿así te gusta que te definan?

Si algún día hay que grabarlo en el sitio que corresponda me gustaría que pusiera actor característico. Es una definición que corresponde a la antigüedad en el mundo del teatro. El actor o la actriz de carácter era aquel que hacía tipos. Como yo soy un caricato, siempre me ha dedicado a la imitación, parodia, hacer personajes y ahora me toca hacer el personaje de Herodes.

  • En la actualidad representas a Herodes en el montaje teatral “Salomé”. Tu compañera de reparto María Adánez ha recibido críticas positivas y en tu caso buenas y no tan buenas. ¿Intentas reinventar a su personaje cada vez que subes al escenario sin importar las críticas?

Lo que tengo es la “losa” del bagaje humorístico de tantos años. A mucha gente se le hace un poco raro ver a alguien que se ha dedicado tantos años al humor en la tele haciendo un personaje dramático, pero no lo es tanto. Es un personaje histriónico que me va bien. Por eso, Miguel Nárros me ha elegido a mí en este caso, antes pensó en Javier Gurruchaga pero no lo pudo hacer y entonces me llamaron a mí y no me importó, me lo dijeron tan limpiamente como lo digo yo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, es decir, Nárros nos eligió tanto a Gurruchaga como a mí que nos dedicamos al humor, él más a la música, para esto del teatro estamos preparados todos. Se me han hecho complicado los tiempos, las pausas y otras muchas historias que no tienen nada que ver con la televisión, las salas de fiestas o las galas de verano, ya que, el teatro es otra cosa. Por ejemplo, una de las cosas que más me chocaba en los ensayos era dar la espalda al público y hablar, son cosas que se aprenden.

  • Tu personaje es histriónico, paranoico y asesino, ¿qué ritual sigues antes de meterte en un personaje con el que no puedes sentirte identificado?  

De alguna manera sí, en ese momento me toca hacer de Herodes y hago todo lo posible por creérmelo, me salen hasta lágrimas.

  • ¿En cuanto a lo de asesino también? 

Asesino..., ya sabemos como era este ser. En este caso, es un personaje loco que tiene un problema muy grave con sus estados anímicos. El director es el encargado de que demos la talla en este sentido. De momento, estoy muy contento como están ocurriendo las cosas y el aplauso del público al final es muy afectuoso, sobre todo como diciendo: Bueno, si lo que quieres es hacer teatro, adelante. No en vano, estudié arte dramático hace muchos años.

  • La historia dirigida por Nárros está ambienta en el actual Oriente Próximo y tiene como música de fondo el hip-hop en alguna escena, parece un poco extraño. ¿Cómo se asimila esto? 

(Indignado) No. En nuestro debut, una periodista de Sevilla en una rueda de prensa hizo una pregunta inoportuna y se produjo un silencio. Para intentar echarle un cable dije: Sí, además la danza es un hip-hop. Quedó muy claro que no porque luego dije que era una broma. Ella no debió entenderlo y puso en titular al día siguiente: “La danza de los siete velos en hip-hop”. ¿Victor Ullate como va hacer esto?, ¿qué irreverencia es esa?, qué mala persona es esa periodista sevillana. (A su compañera María Adánez): Otra Vez el hip-hop.

María Adánez: el hip-hop es una pesadilla.

  • ¿Qué te ha enganchado de este proyecto?, ¿tuviste dudas en aceptar el papel? 

No tuve dudas, en el mundo del teatro que te llame Miguel Nárros es lo máximo. Vamos a trabajar a grandes teatros, la gira y sobre todo el texto son estupendos.

  • ¿Qué buscas en el teatro? 

Estoy dispuesto para lo que me llamen, eran demasiados años con otras cosas aunque estuve muy feliz e hice lo que me dio la gana. Después de picotear en muchas cosas, nosotros escribíamos, dirigíamos nuestros cotarros e incluso me atrevía a co-guionizar, montar..., de todo. Tras estos años he decidido que lo que me gusta es actuar.

  • Escritor, guionista, humorista, actor de cine y televisión, ahora en teatro. ¿Qué ventajas ves respecto a sus trabajos anteriores?

    No son ventajas, lo que quiero es esto, donde está la base es en el directo, en el teatro.

  • ¿Qué impedimentos has tenido anteriormente?

Antes ni me lo planteaba, estaba cubriendo el periplo y los contratos locos que se hacían de tantos años. Estábamos en manos de yo que sé..., éramos peonzas hipertróficas dando vueltas por España en giras. No me he enterado de los 25 años que hemos estado porque no hemos parado (hace referencia a su etapa de Martes y Trece). Ahora quiero tomarme las cosas con más calma y sobre todo dedicarme a hacer una cosa y no veinte mil a la vez. 
  • Anteriormente hiciste zarzuela, ¿tus experiencias en teatro te han ayudado para interpretar “Salomé”? 

Sí, voy ha hacer otra vez.Yo empecé en teatro en una cosa que se llamaba Festivales de España hace muchos años, en mi segundo curso de arte dramático y tuve esa relación. Después de la mili vino Martes y Trece y ahora me hallo encima del escenario que me gusta, el teatro. Esto no significa que deje el humor, para el verano seguro que haré una cosa y para navidades tengo otra prevista en el teatro de la Zarzuela de Madrid, “Los sobrinos del capitán Grant”, un espectáculo maravilloso que no entiendo porque no se hace más. No se hace un gira porque los decorados son enormes.

  • Has tenido que pasar del género cómico al dramático, tu amigo Josema Yuste dijo en una entrevista: “Si eres popular, la gente se ríe con cualquier cosa que digas”. ¿Qué hay de cierto en esto?, ¿te ha supuesto un problema?  

El personaje de Herodes está montado con cierto histrionismo, exageración pero no tanto. Al principio, hay un par de cosas que están montadas donde el público ríe, sobre todo una que es un gag previsto. Poco a poco, la cosa se calma y al final ocurre...A lo mejor no era yo el indicado, al menos estoy cómodo y toda la compañía me ha ayudado mucho. Han sido muchos años haciendo otras cosas y tienes una imagen, no me importa porque estoy feliz con todo lo que está ocurriendo, sea bueno o malo.

  • En un montaje con 15 actores, ¿cómo es la convivencia?, ¿se ha formado un grupo compacto?. En la obra, ¿ha resultado complicado la combinación de las historias sobre el escenario? 

No. Aquí la palabra compañía cobra su máxima expresión porque estamos juntos a todas horas. Venimos de estar cinco días en Las Palmas, ha sido precioso, yo siempre digo: Nos vemos en Judea. Llegamos aquí y, como el escenario y el decorado son el mismo, pues es Judea, ahora somos aquellos, lo que va a ocurrir, lo que escribió Oscar Wilde. Por cierto, se respeta el texto íntegramente, la adaptación ha sido de Mauro Armiño.

  • Tu compañera María Adánez dijo en una entrevista: “Salomé refleja lo dañino que puede ser el poder”. Los que tienen el poder son los políticos. A tu modo de ver, ¿apoyan, dañan o ignoran el teatro? 

Bastante protagonismo tienen en esa enorme pasarela que ocupan que es España, son muy vedettes. Cuando subió al poder el PSOE con Alfonso Guerra (1982), lo primero que colocó en la mesa de su despacho fue el libro de “La Regenta”. Pensamos que iba a apoyar el teatro, pero sigue igual. Estamos en manos de un convenio que sólo favorece a los productores y hay un 80% de paro constantemente. Nosotros no nos podemos quejar porque estamos con Miguel Nárros, equivale a que en cine te dirija Stanley Kubrick. Las productoras y los directores de casting son otra historia, no me gusta la injusticia y aquí hay mucha. Ese cantar que tienen los productores de: “Llueva o truene el espectáculo debe continuar”. En otras profesiones pides la baja y no trabajas, pero aquí tenemos que salir hasta con gripe.  Con los autores que tenemos, con el siglo de oro que tuvimos, veo que pasan los gobiernos y no se apoya nada. Cualquiera se puede dedicar a esto, un chico mono pilla un papel en una serie o casting y ya está. La pureza que tiene el teatro después de tantos años como llevo en esta profesión, y pudiendo elegir, ahora me lo tomo de otra manera y elijo el teatro. A todos nos encantaría trabajar con Miguel Nárros y a mí me ha ocurrido este sueño, no sé mañana que sucederá.

  • En televisión importan las audiencias y en el teatro el público, ¿cómo va de público y aplausos hasta hoy “Salome”? 

(Contempla el patio de butacas). Estaba esperando y absolutamente colgado y enganchado, esto es una maravilla. Antes íbamos a trabajar a Murcia y en lugar de venir a un teatro nos llevaban a una plaza de toros o un campo de fútbol que está muy bien como punto comercial, significa que teníamos mucha acogida. Nos hemos perdido sitios maravillosos como por ejemplo cuando fuimos a mi tierra, Almagro. Pensé: Por fin voy a trabajar en el corral de comedias de Almagro. Nos metieron en una plaza de toros, muy bien porque teníamos mucho tirón popular, pero ahora puedo ir a esos sitios. Trabajar en el teatro de Bilbao o en este teatro (Romea), estoy encantado de hacer teatro, es muy bonito.

  • ¿Lo consideras un salto de cantidad a calidad?  

Sí. Ahora puedo relajarme y tomarlo con  tranquilidad. He vivido el éxito de la televisión pero no me he dado ni cuenta. Ahora es cuando me estoy enterando de lo bonita que es esta profesión y de los románticos que somos algunos: Como yo.

  • ¿Alguna anécdota durante la gira teatral? 

Hubo un periodista que llamó a la productora pidiendo los teléfonos de María o el mío para hacer una entrevista, pero nosotros estábamos en una promoción y el periodista para no molestar pidió el teléfono del autor, Oscar Wilde.

Hay un momento en la obra en el que le ofrezco a “Salomé” una esmeralda y recito: Es la esmeralda más grande, la mía es la más grande. Entonces una periodista me dijo: Tienes esa cosa cómica y que gracioso cuando dices lo de la más grande. ¿Esta cenutria qué habría pensado?, es una esmeralda de lo que estábamos hablando. Ella dijo: ¿Tú no decías lo de la más grande por Rocío Jurado?. Es de locos, en ningún momento se habla de esta mujer, el que quiere ver, ve. El problema es de esa gente que no me quiere apartar de aquellos personajes que interpretaba, hay que darles un poco más de tiempo.

  • Mostrándote de otra manera al público, ¿no crees que puedes llegar a convencer? 

Ahora no me tengo que poner serio en toda entrevista. Que nadie imagine que la obra es un pitorreo, se respeta a Oscar Wilde. Tanto Gurruchaga como yo estamos dados a la comedia, al disparate, enajenación y a la cosa turbulenta porque el personaje lo requiere.Oscar Wilde tiene un toque humorístico.

Tiene elegancia y un humor inglés que está siempre presente. Por ejemplo, en “El abanico de Lady Windermere” todo son juegos de palabra y en “Salomé” es poesía pura.

  • Alguien dijo que Oscar Wilde le sabía a champán, ¿a ti a qué te sabe?  

A champán no porque me da acidez. El personaje es ácido, terrible. Acabo sudando aunque no se me va de la barriga, lo pierdo de los codos. Es una sensación agridulce, un verdadero placer interpretarlo. Entiendes que haya gente masoca y que le guste el dolor. Aquí duelen las cosas que se dicen, todo lo que ocurre, es pavoroso, con esa cabeza de Bautista por ahí, terrible. ¡Viva Oscar Wilde!

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